El buen paso de los voceros comunitarios de EPM en el Bajo Cauca
La estrategia que agrupa a más de 80 líderes cumple cuatro años y deja aprendizajes sobre la construcción de confianza entre la empresa y las comunidades. Hablan las protagonistas.
Cuando Delis López empezó a trabajar como vocera comunitaria, en Caucasia, portar el chaleco alusivo a la empresa era una especie de vergüenza con la que ella y sus compañeros cargaban a cuestas. Era 2019 y la contingencia de Hidroituango había caldeado los ánimos entre EPM y varias comunidades aguas abajo.
“Mucha gente nos decía que la empresa nos había comprado y que éramos unos
vendidos. Asistíamos a las reuniones con el chaleco, pero apenas podíamos nos lo
quitábamos y lo guardábamos. Vivíamos con ese temor. Ahora somos reconocidos,
lo portamos con orgullo, y esa legitimidad nos da garantía de que podemos entrar a
cualquier barrio de la mancha de inundación y la gente nos va a recibir bien”,
explica.
Delis López Garay es socióloga y coordina los 17 voceros comunitarios de Caucasia y los 13 de Nechí. Los voceros son líderes con arraigo en el territorio que sirven de
puente entre EPM y las comunidades. Reciben formación en gestión del riesgo y
comunicación asertiva. La estrategia es operada por la empresa Desmarginalizar y
funciona desde 2019 en Valdivia, Tarazá, Cáceres, Caucasia y Nechí. En junio de
2023 se extendió por un año más.
“Surgió la necesidad de establecer un canal de comunicación en doble vía entre las
comunidades y EPM. Trabajamos con pescadores, presidentes de juntas, líderes
juveniles. Tenemos una gama amplia de liderazgos que nos permiten generar
confianza en el territorio porque todos son de la zona y garantizamos que bajamos
la información de la empresa por medio de reuniones, llamadas, chats. Igual pasa
con las quejas o inquietudes de la gente respecto a Hidroituango o a temas
asociados a proyectos o servicios públicos”, explica la coordinadora.
Ese mismo rol, pero en Cáceres lo cumple la abogada Carolina González. La coordinadora también fue pionera del programa en 2019 y ha visto cómo ha cambiado la percepción en los barrios y veredas sobre Hidroituango y los servicios
públicos que presta EPM:
“El contacto con las comunidades es permanente y muy enriquecedor. Para nosotros como nativos del municipio es muy valioso que haya apuestas para que la
información llegue a todos los rincones. A nivel personal ha sido un crecimiento
enorme porque uno conoce las diferentes problemáticas sociales de Cáceres y
construye esa confianza que es clave para que pueda haber comunicación en doble
vía”, cuenta.
Brazos y pies de EPM en Bajo Cauca
Claudia Tafur Morera, profesional social y ambiental de EPM, amplía que esta estrategia hace parte de la línea social del Plan de Acción Específico que surgió a raíz de la contingencia. Fue una apuesta por mejorar la comunicación en los municipios aguas abajo y entender mejor las necesidades de la gente.
“Para EPM no era tan fácil entrar a los barrios y veredas en el Bajo Cauca. Son 80
voceros comunitarios y ellos son nuestros brazos y pies en los territorios porque
semanalmente son los que bajan la información de manera muy pedagógica, muy
coquito. Nos alertan de rumores o cadenas que desinforman y saben de rutas de
evacuación y gestión del riesgo. La gente reconoce esas acciones de los voceros.
Esto hace parte de un plan mucho más grande, pero de una u otra forma hace que
las comunidades tengan una mirada diferente de la empresa”.
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